domingo, 12 de diciembre de 2010

14

Igrin se arrebujó en su capa, tiritando, castañeteando sus dientes. Durante el día, el sol brillaba más. Por la noche, sin embargo seguía haciendo un frío de mil demonios. Por lo menos, pensó, la herida ya no sangraba.

Dariel era un grandísimo hijo de puta. Haberlo sabido todo desde el principio y hacerse el idiota. ¡Así las cosas no tenían gracia! Como estar escondido entre las chimeneas de los tejados, y todo era culpa de aquella estúpida niña. ¿Cómo se llamaba…?

Se asomó un momento, con cuidado. No había nada. O casi nada, que no es lo mismo, pero es igual.

Todo era tan misteriosamente tranquilo y silencioso, salvo por el tipo que caminaba envuelto en una capa, medio cojeando, casi corriendo…

-¿Dariel?

-¡Igrin! –El tipo respondió en un susurro.- ¿Dónde estás?

-A ti te lo voy a decir.

-Joder, ¡me duele la pierna! Ya que te haces notar, al menos que podamos hablar como personas civilizadas. No vengo aquí a pelear ni estoy en condiciones para ello.

-¿Y?

-Al menos podrías haberte fiado un poco de mí…

Bajó de un salto. Sin darle tiempo de reaccionar, cogió a Dariel por la espalda, rodeándolo con un brazo para impedirle moverse y amenazando su cuello con una daga con el otro.

-¿Qué quieres?

-Explicarte…

-Joder, ¿ya empiezas con el mariconeo?

-No es eso… Yo me propuse no entregarte porque eres amigo de Arti, pero por otra parte está mi deber como guardia. Tengo un puesto que cuidar, y una imagen y eso. Ya me entiendes.

-¿Solo vienes a hacerme perder el tiempo?

El tuerto miró a su alrededor. Las calles, a esa altura, estaban sumidas en la más impenetrable oscuridad.

-Vengo a terminar de darte las instrucciones. Si no te hubieran visto, nos hubiésemos encontrado en ese callejón en vez de pelear… Pero bueno, si no te interesa, me voy.

-Dariel…

-No, no me preguntes, Igrin. Por más que insistas ahora que ha saltado tu curiosidad, no pienso decirte nada.

-Dariel…

-¡De verdad! ¡No seas violento, por favor! ¡No puedo decirte nada, por mucho que quiera, porque debo respetar tus deseos, ya que igual tienes algo de humano…!

La daga se pegó más a la carne.

-¿Te callas de una puta vez?

-Ehem, bien, bien… –El guardia reprimió una risita.- Tus cosas están en casa de una de mis amigas, la misma que me ha ayudado a seguir caminando, si me apuras, y a seguir teniendo posibilidades de ser padre.

-Cabrón con suerte. Y yo aquí, con dolor de estómago.

-...Para llegar hasta su casa tiene que seguir la calle principal hacia la salida Oeste de la ciudad. Es la única casa en varias millas, así que no tiene pérdida. Podrás quedarte allí durante algunos días, hasta que las búsquedas se alejen un poco. Yo tendré que quedarme en el cuartel mientras me “recupero”.

-Y ahora te hago dos preguntas más: ¿asumo que tu “amiga” es hechicera? No hay otra forma de curar semejante corte. Y segundo, ¿a qué viene tanta amabilidad? No me creo que sea solo cosa de Arti.

-Sí, es hechicera. De hecho, este es el barrio de los magos; aquí se juntan todos los hechiceros, con sus escuelas y sus cosas… -Dariel inspiró profundamente y luego espiró.- Lo otro es porque me caes bien. No realmente bien, pero al menos me he entretenido, a pesar de haber quedado un poco maltrecho.

Igrin guardó silencio. Oteó nuevamente a su alrededor antes de alejarse de soltar a Dariel, pero sin guardar su arma.

-A mí no me has caído nada bien, y estoy dudando si matarte o no. Supongo que no lo haré, porque quiero leer un libro… pero solo si te das prisa y te largas, y no te vuelvo a ver en lo que me quede de vida.

Dariel asintió con la cabeza levemente.

-Y, si ves a aquel marinero, dile que… el color azul es una mierda. Y que se busque una chiquilla, o un chiquillo, o lo que quiera.

-¿Algo más que quiera el señorito?

-Que cierres la puta boca si sólo vas a decir gilipolleces. Pero primero dime cómo se llamaba la niña esa.

-¿Quién?

-La mujerzuela por la que me buscan. La puta esa.

-Mirna aep Nirren.

-Qué gracia. Ahora que lo pienso, ella nunca me dijo su apellido.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Que Dariel era un grandísimo hijo de puta? ¡Mira quién habla! ¿A que jode? xD


"Se asomó un momento, con cuidado. No había nada. O casi nada, que no es lo mismo, pero es igual."

Me extraña ese último verbo en presente. Queda descolocado... :S


"-¿Dariel?

-¡Igrin! –El tipo respondió en un susurro.- ¿Dónde estás?

-A ti te lo voy a decir."

xD


"Bajó de un salto. Sin darle tiempo de reaccionar, cogió a Dariel por la espalda, rodeándolo con un brazo para impedirle moverse y amenazando su cuello con una daga con el otro.

-¿Qué quieres?

-Explicarte…

-Joder, ¿ya empiezas con el mariconeo?"

Teniendo en cuenta que es Igrin quien está agarrando a Dariel por detrás... ¿quién ha empezado realmente con el mariconeo, eh? >.>


Dariel es una peerraaa... xD


"aquí se juntan todos los hechiceros, con sus escuelas y sus cosas…"

Joer, esta frase me encanta. Es tan... tan de alguien que no es mago...


"-A mí no me has caído nada bien, y estoy dudando si matarte o no. Supongo que no lo haré, porque quiero leer un libro… "

¿Veis como Igrin se está volviendo un mariquita? ¡No solo no mata a alguien, sino que encima pone excusas absurdas y sensibleras! Leer un libro... a quien se le cuente...


"-¿Algo másque quiera el señorito? "

Urge una separación de palabras =)


"-Mirna aep Nirren. "

Puto nombre más raro que tenía xD